waiting for the sunrise




















24 / septiembre / 2011


Tengo una buena excusa para colgar un poema de La historia sin nosotras en este espacio, aunque no me haga falta. Y es que el próximo sábado 1 de octubre a las 19.30h estaré en Camon / Cigarreras (c/ San Carlos, 78, 1ª planta, 1ª nave, Alicante) presentando este poemario en formato performance y dando todo lo que se puede o puedo dar en un escenario.

Estoy esperando la ocasión de intervenir Alicante con unas cuantas palabras y sonidos. Y sigo con las vueltas a casa y sus diferentes estados a través de imágenes, melodías y unos cuantos versos:




Me voy a casa
con una sensación estúpida
de haber perdido, la vivienda,
unos poemas, unas cartas,
los niños.
Unos recuerdos.
Me voy a casa.
Me retiro. No queda nada.
El gato tiene cuatro patas.
Cuatro patas tiene mi cama,
cuatro demonios
que siempre me aguardan.
Cuatro sentidos,
reservo el quinto
para respirar, cualquier cosa,
menos aire limpio.
No cuento el sexto.

Me voy a casa
con la sensación extraña
de haber cortado el hilo,
bella y rara parca.

Pierdo el hilo de mis sentidos
-el sexto siempre me falló-.

Agudizo el oído, ya no huelo tu ropa,
miro los libros, proceso la información.
Toco tu sombra. Pierdo las horas.
Saboreo las uñas que muerdo
pensando en tu olor.
Coso mis vestiduras, desgarro tu voz.

Voy a jugar a ser dios,
a elegir mi destino, a ser peor.

Voy a inventarme un infierno
y te voy a dejar dentro.

La historia sin nosotras, Ediciones Tabala, 2011


Aquí el texto promocional para tal ocasión y más info en el link:

"Si la voz tiene matices las palabras los potencian / Si tratamos la voz, con la voz, tratamos el ánimo. Retratamos ánimo-ánima y lo contamos / Si hay que leer, se lee. Y también se escucha / Silencio, oscuridad, proyección-ojos, acción, reacción."

Alicia García Núñez nos presenta un recorrido poético y visual por parte de su historia sin nosotras, vocoders que la convierten en robot y a la par en mujer más humana que nunca. Historias de mujeres con cierto gusto a desengaño, y mucha luz para compensar la ciclotimia eventual. Poniendo el corazón –y si hace falta la sangre- encima de la mesa. Para servirles. Para servírsela acaba de editar su primera publicación en solitario, La historia sin nosotras, y la vende al mejor lector.


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Por cierto: no he nombrado a la autora de la canción, Emika, en todo el post. Pude verla en concierto en la misma ciudad en la que está tomada la foto, Berlín. Más que recomendada esta señora, avalada por el siempre prestigioso sello Ninja Tune. Y porque sus canciones son un regalo.

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