almas que se duelen < fuerza

16 / julio / 2012
Esta mañana, en este lunes aciago, me duele el alma. Porque todos los temores de mi casa, de mi infancia, de mi vida, se han cumplido en alguien a quien quiero con toda ella, el alma, de la que hablo aquí, ahora. El monstruo ha llegado, y era un pobre hombre gris (apunte: sigo trabajando en torno a la idea de los hombres grises y sus muchas extensiones).
Porque cuando llega lo peor, lo más temido, una se da cuenta de que el miedo es sólo miedo. Y siempre queda, siempre estamos, dispuestas a luchar.
Txus, con todo el amor que tenemos para dar ésta se va a convertir en nuestra canción. Te trasnmito la energía con la que llenamos con ella esa capilla en el mes de junio. Viva el amor y lo que mueve, de verdad, el mundo. Te quiero. Contigo.
Gran poema.






Fotografía: Álex Bohe, Alicante, barrio de San Blás.














Corazón / dación: monstruos
El inspector de Hacienda,

la chica de la curva,
el antidisturbios,
el hombre del saco,
la SGAE,
el señor del banco,
el coco,
el juez corrupto,
la niña poseída,
y
el tasador para la dación en pago:
esos son los montruos.

Tiemblo y me rechinan los dientes;
hoy a las 9 viene el Tasador.
Pondrá precio, a la baja a mi hogar,
a mi proyecto, a mi família,
al esfuerzo de pagar hipoteca
durante tantos años de miseria.

Tasará mi vergüenza al pedir
dinero a mis viejos padres con
ya 37 años. A trabajar en negro,
sangrando la lengua por morderla
de rabia.
¿Cuál es el precio de mercado de mis
manos atadas, muertas, que atesoran
fluoxetina para no llorar a diario?.

No culpéis al Tasador, ese hombrecillo
gris que pide los planos de mi vida,
cumple un cometido fundamental:
no mirar a los ojos a los deshauciados.
Los monstruos nunca se cansan de
asustar. Es su trabajo. Tienen suerte.

¿Qué hacer hoy cuando venga? ¿Dónde
la cruz y el ajo? ¿Y la estaca?
Sólo me queda entregarme.
Devorada, al fin, por la crisis que
siempre llamaba a la puerta de al lado.


Txus Garcia
16 / 7 / 2012

2 comentarios:

  1. y yo a ti, mi bella. Mucho mucho mucho.
    Ganas de estar contigo y cubrir con abrazos el miedo, que es, al fin y al cabo, una mentira (Fear is a lie).

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